Draghi, que obtuvo el miércoles por la noche en el Senado 262 votos a favor, 40 en contra y 2 abstenciones, debería alcanzar sin problemas la confianza de los diputados gracias al apoyo de casi todas las fuerzas políticas.
Ese voto constituye el último paso para su investidura oficial, según el sistema parlamentario vigente en Italia.
El ex presidente del Banco Central Europeo (BCE), de 73 años, ilustró ante los senadores su programa de reformas, de corte europeísta y ecologista, en su primer discurso público, en el que pidió también la unidad a los partidos para sacar adelante el país.
Percibido como el hombre providencial para reactivar la tercera economía de la zona euro, Draghi, prometió ante todo "luchar contra la pandemia con todos los medios para salvar las vidas de nuestros conciudadanos", dijo.
Italia se acerca al umbral de las 100.000 muertes por covid y la campaña de vacunación se ha frenado por problemas en el suministro.
El nuevo primer ministro italiano garantizó una campaña de vacunación eficiente "después de haber obtenido cantidades suficientes de vacunas para distribuirlas de manera rápida y eficaz", dijo.
- Como los gobiernos de después de la guerra-
"Como los gobiernos inmediatamente después de la guerra, tenemos la responsabilidad de lanzar una nueva reconstrucción", advirtió.
"Nuestra misión como italianos es dejar un país mejor y más justo para nuestros hijos y nietos", agregó.
Draghi abogó también por una "Unión Europea más integrada con un presupuesto público común capaz de apoyar a los Estados miembros durante los períodos de recesión" y confirmó el euro como la única moneda posible.
"Sin Italia, no hay Europa", dijo Draghi, en una clara advertencia al partido ultraderechista y antieuropeísta de Matteo Salvini, que apoya a su gobierno, pero que no pierde ocasión de generar controversias.
El nuevo primer ministro encabeza un Ejecutivo de tecnócratas y políticos de todas las tendencias,desde la izquierda hasta la derecha, pasando por los antisistema del Movimiento 5 Estrellas.
Para lograr la reconstrucción más ambiciosa de Italia, comparable a la de los años inmediatamente después de Segunda Guerra Mundial, Italia debe superar una recesión histórica con una caída del PIB en 2020 de -8,9%, gracias al fondo extraordinario otorgado por la Unión Europea de 200.000 millones de euros (240.000 millones de dólares).
Draghi esbozó también una serie de reformas indispensables, entre los mayores desafíos de su gestión.
Entre ellas la de la administración pública, del sistema fiscal, educativo, judicial y del turismo.
"Algunos creen que salir de la pandemia será como encender de nuevo la luz. Pero no será así", advirtió.
El prestigioso economista, católico practicante, adelantó que asumirá también el desafío ecológico, para ello se inspira en el papa Francisco y está convencido de que la propagación del virus se debe al maltrato de la naturaleza por parte de los seres humanos: "Queremos dejar un buen planeta, no solo una buena moneda", resumió.
"Le estamos pidiendo milagros a Draghi. Difícil que en un año pueda realizarlos", comentó con su tradicional escepticismo el conocido filósofo italiano Massimo Cacciari.
kv/mb
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