Por Jhonny Trinidad
En rueda de prensa en El Hotel Embajador, el exministro de Economía Ariel Jiménez calificó de «contradictoria» la alocución de Abinader y destacó el crecimiento económico que experimentó el país durante la gestión de Medina.
Asimismo, advirtió que el ritmo de endeudamiento que lleva el gobierno de Abinader en dos o tres años superará los ochos años de la gestión de Medina.
Recordó que entre 2012 y 2019, cuando Medina fue mandatario, el país experimentó un crecimiento promedio del 6%, el más alto de América Latina y el mayor de República Dominicana en los últimos 40 años. «Además, la pobreza bajó casi un 19% y la pobreza extrama, que antes era de casi 10 por cada 100 personas, descendió a 3 de cada 100», subrayó.
Aseguró que los gobiernos del PLD han garantizado bienestar y estabilidad a la República Dominicana, contrario a lo que ocurrió en los años 2003 y 1985, cuando gobernaba el Partido Revolucionario Dominicano.
Jiménez leyó un documento cuyo texto íntegro es el siguiente:
A continuación, el texto íntegro:
«Como equipo técnico que estuvo a cargo de la conducción de la economía y el diseño de las políticas económicas del gobierno del Ex Presidente Danilo Medina, hemos convocado este encuentro con la prensa para aclarar varios aspectos, en algunos casos imprecisiones, en otros casos argumentos erróneos, que fueron expresados en el discurso del pasado jueves.
A nuestro parecer, el Gobierno cometió un error al presentar un presupuesto que hasta tenía impuestos al salario de navidad y, frente a eso, no vale escudarse en la crisis, ni hacer uso de ambigüedades ni, por supuesto, tratar de desacreditar a otros para salvar la cara.
Obviamente, se buscó la salida fácil de criticar a la anterior gestión, en un intento de cambiar el foco de la discusión.
Durante este encuentro nos vamos a limitar a señalar algunos errores e imprecisiones que tuvo ese discurso desde el punto de vista económico.
Para iniciar, cuando se afirma que la pandemia no es la única culpable de la crisis, sino que “durante años el gobierno fue instrumento de corporación partidaria” y que eso ha producido la crisis, al parecer se desconoce que en el período 2012-2019 el país tuvo un crecimiento del PIB del 6%, el más alto de toda la región de América Latina y el más alto del país en los últimos 40 años, con la inflación más baja de toda la historia, apenas un 2.7% en promedio.
También se desconoce cómo en el período 2012-2019 la pobreza bajó un 18.7%, pues, en 2012, 40 de cada 100 dominicanos eran pobres, mientras que a final de 2019 se llega a un mínimo histórico de solo 20 de cada 100 dominicanos, mientras que la pobreza extrema bajó de casi 10 de cada 100 dominicanos a su mínimo histórico de 3 de cada 100 en 2019, y eso por un aumento de los salarios reales de 33.1%, entre otras cosas por la creación de 889,986 empleos netos.
Nos permitimos recordar que los gobiernos que sí han traído crisis económica, aumentos de precios fuera de control, devaluación, desempleo generalizado y aumento de la pobreza han sido los gobiernos de 1985 y 2003.
Se dijo que no había dinero para pago de nómina el día de ellos llegar el 16 de agosto. Pero el gobierno paga nómina entre el 23 y el 25 de cada mes, con los recursos provenientes del ingreso por pago del ITBIS que ocurre los días 20 y 21 de cada mes.
Destacamos que como medida de precaución se dejó habilitada a las nuevas autoridades una línea de crédito con el Banco de Reservas con un balance disponible de 19,000 millones de pesos aprobados en la Ley de Presupuesto, para que fuera utilizada en caso de algún faltante de liquidez hasta tanto se iniciaran los desembolsos de los organismos internacionales cuyos préstamos ya se habían negociado y solo estaban a la espera de aprobación congresional.
Es más, el pasado equipo económico fue más allá y, previendo que siguiera cayendo los ingresos del gobierno por efectos de la pandemia, dejó unos 1,100 millones de dólares negociados con organismos internacionales, disponibles para ser utilizados por la nueva administración. Ese monto se desglosa de la siguiente manera: 750 millones de dólares provenientes del BID, de los cuales 500 millones fueron recientemente aprobados por el Congreso Nacional, 250 millones de dólares a ser desembolsados por la Agencia Francesa de Desarrollo y 100 millones de dólares provenientes del Banco Mundial.
Adicionalmente, se dejaron unos 14,000 millones de pesos en bonos listos para ser colocados en el mercado interno.
Por otro lado, se afirmó que se asumió el gobierno con una presión en la tasa del dólar.
Es erronea la mención de las presiones cambiarias y la caída en las reservas internacionales, sin aclarar que fueron resultado de la caída en el turismo, las remesas y las exportaciones de zonas francas provocada por la pandemia.
Otra imprecisión más: si vemos los datos de la tasa de cambio, que cualquier ciudadano puede consultar en la página del Banco Central, se ve que desde inicios de julio al 14 de agosto el tipo de cambio de compra apenas aumentó 16 centavos. ¿Cómo puede llamar presión en la tasa del dólar a un aumento de 16 centavos en mes y medio?
De igual forma, se habla de escasez de reservas y de divisas, pero al parecer el equipo que trabajó el discurso no vio los datos de operaciones netas de divisas en mercado financiero y cambiario, que muestra que en el mes de agosto hubo operaciones netas por 1,989.5 millones de dólares en compra, el monto más alto desde que inició la pandemia.
Al hablar de reservas internacionales, en la gestión que inició el 16 de agosto se han aumentado las reservas internacionales brutas en un 58%. Por supuesto, eso es simplemente el efecto de la colocación de 3,800 millones en bonos soberanos, que están temporalmente en cuentas del Banco Central. Tan pronto se transfieran a Hacienda en pesos, se disipará este efecto estadístico temporal.
Lo que su equipo olvidó incluir en el discurso es que en febrero del presente año, a los inicios de la pandemia, las reservas internacionales netas del Banco Central superaban los 9,863 millones de dólares. Esa acumulación de reservas se registró en los años de gobierno del PLD lo cual permitió manejar la crisis sin un descontrol del tipo de cambio y sin afectar la liquidez en moneda extranjera del sector privado y la banca local.
Y esto no solo lo decimos nosotros, lo dice el actual Ministerio de Hacienda cuando en el documento para emitir bonos elaborado el 17 de septiembre por el actual gobierno, llamado “Offering Memorandum”, que cualquiera puede consultar, dice en la página 20 que el crecimiento promedio de la economía entre 2015-2019 ha sido de 6.1%, o cuando dice en la página 41 que el aumento en el PIB per cápita y el ingreso per cápita se debe al crecimiento económico y la mejora en los niveles de empleo entre 2015-2019.
En este documento el actual Ministerio de Hacienda reconoce en la página 62 que el desempleo ha caído de 7.5% en 2015 a 5.9% en 2019, alcanzando un mínimo histórico de 5.1% en 2017. Dice también que el incremento en la participación de la fuerza laboral se debe principalmente al crecimiento de la economía dominicana.
Es este Ministerio de Hacienda el que expresa textualmente en la página 64 que entre 2015 y 2019 la pobreza se redujo considerablemente, y que entre los factores que explican la reducción de la pobreza está el apoyo gubernamental a las MIPYMEs y la política de inversión pública de construcción de escuelas.
Otra contradicción que tiene el discurso con el Ministerio de Hacienda, en el documento de Offering Memorandum, es que resalta en la página 94 que la acumulación de reservas entre 2015 y 2019 permitió pasar de tener reservas internacionales equivalentes a 3.7 meses de importaciones a 6.3 meses.
Entonces, ¿cómo se puede decir que el PLD manejó mal la economía, si el Ministerio de Hacienda tiene escrito y publicado un documento que elogia ampliamente el manejo económico del gobierno pasado y describe un país en franca expansión económica hasta el inicio de la pandemia?
Ante esta contradicción, ¿qué podemos pensar?
En lugar de esconder el cúmulo de errores cometidos en apenas semanas de gobierno, deberían aclarar las siguientes imprecisiones del presupuesto presentado para 2021.
El gobierno debe explicar cuáles son las medidas que adoptará para cumplir con el aumento en los ingresos de más de un 15% respecto al 2020, cuando todavía el próximo año la economía estará afectada por efectos del COVID19. Nunca antes, ni aún en los mejores años de gobierno, se ha verificado un incremento de tal magnitud en las recaudaciones en ausencia de una reforma fiscal.
Claramente, hay una sobreestimación de los ingresos, que desde ya anticipamos que llevará al gobierno a presentar un presupuesto complementario el próximo año para reconocer que los ingresos han quedado por debajo, y emitir más deuda.
Por cierto, es importante señalar que el nuevo gobierno que preside el licenciado Abinader, lleva una trayectoria de endeudamiento que en dos o tres años habrá superado el monto total de la deuda contratada por el gobierno del presidente Medina en sus ocho años de gestión.
Este ritmo de endeudamiento desmiente de forma rotunda la afirmación de la presente administración de que se ahorraría más de 150,000 millones de pesos del gasto dispendioso del pasado gobierno.
Finalmente y más allá de lo dicho en el discurso, preocupa lo que no dijo y que, entendemos la ciudadanía merece se le explique. Por ejemplo:
Qué quiere decir cuando se refiere a no habrá nuevos impuestos pero en otro momento afirma que sí “se aumentarán las recaudaciones fiscales por encima de la estimación base y se potenciará la venta de activos”.
¿Significa esto que no habrá impuestos nuevos pero sí se subirán los que ya existen?
¿Significa esto que se privatizarán bienes públicos?
Si es así, debería explicarse cuales impuestos se van a subir y qué bienes se van a privatizar.
El gobierno debería explicar qué negociaciones han hecho para vender activos del gobierno que les permiten estimar que tendrán ingresos de capital por más de 89 mil millones de pesos en 2021.
¿Qué activos públicos van a privatizar? ¿A quiénes? ¿A qué precio? ¿Y mediante qué procesos?
Un gobierno transparente debería explicar claramente a la ciudadanía bajo qué condiciones pretende vender el patrimonio de los dominicanos.
Otro tema sobre el que no se ha explicado suficiente es el acuerdo con la Barrick. La población merece saber, al menos, qué tasa de descuento negociaron para el adelanto de impuestos, cuántos años van a ser adelantados y qué precio del oro se usó en las proyecciones.
Es importante aclarar que un adelanto del pago de impuestos es igual a colocar deuda, con la diferencia que la colocación de deuda se hace de forma competitiva y transparente, siempre con aprobación congresual. Lo que ha hecho el gobierno, en cambio, es un acuerdo que se desconocen sus detalles, de espaldas a la sociedad, a las demás fuerzas políticas y a los controles parlamentarios.
Sería conveniente que se explicara al país la razón del aumento en el gasto de nómina del Poder Ejecutivo por 68.1 millones de pesos en el presupuesto del 2021 con relación al de 2020, si tanto se hablaba de que el gobierno pasado tenía una nómina abultada. Por ejemplo, solo en Cancillería se contempla un aumento de la nómina de 402 millones de pesos.
Otro tema a explicar, por qué le ponen partidas presupuestarias a OISOE, CEA y FONPER por más de 11 mil millones de pesos, si supuestamente serían eliminadas.
Como propuesta de mejoría del gasto, se propone eliminación de los gastos de representación del presidente. Pero el presidente Danilo Medina nunca tuvo asignados gastos de representación ni tarjeta de crédito, ni viáticos.
Por último, ante tantas imprecisiones, a quién le creemos? Al discurso político para los dominicanos, o al discurso técnico del Ministerio de Hacienda para los inversionistas internacionales? Claramente, son discursos contradictorios.
Por nuestra parte, desde distintas instancias nos mantendremos vigilantes al manejo de las políticas públicas, haciendo una oposición constructiva y objetiva. Esa oposición que ayuda al contrapeso del poder como garantía de la democracia, y que muchas veces tiene que salir a aclarar y mostrar la verdad.
Este equipo técnico reafirma su compromiso de participar en el debate público con argumentos objetivos, con estadísticas y propuestas de políticas públicas basadas en evidencia, pues de esa forma entendemos se colabora con el manejo de la crisis y con el fortalecimiento de la democracia»
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