En víspera del Día de las Madres Dominicanas me embarga un sabor agridulce con todo lo que implica este año celebrarlo.
Es dulce la bendición de saber que mi mami, mi nena y yo estamos en salud siempre guardando distancia prudente; y a la vez amargo saber que eso justamente nos impide envolvernos en un abrazo largo después de 2 meses que parecen 2 siglos..
La pandemia del Covid-19 nos ha entregado una nueva forma de televivir y aunque sigamos tan unidos como siempre gracias a la tecnología, falta hace ese junte alrededor de la mesa para almorzar en familia, celebrarnos y compartir la dicha de tener a la mami mima con nosotros, quien nos ama, cuida y guía cada día.
Estoy segura que superaremos todo esto y espero que salgamos realmente fortalecidos y comprometidos para ser mejores personas, mientras deseo de todo corazón mucha salud, paz y alegría a todas las madres de la creación.
Ft/Elnuevodiario
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