La mala gestión del área informática de la Junta Central Electoral (JCE) fue la principal razón del colapso de las elecciones municipales del pasado 16 de febrero, según el informe de 45 páginas presentado por la Organización de Estados Americanos (OEA).
El mal diseño del software, sumado a no haber contado con herramientas para detectar o prevenir la falla y no haber podido mitigarla a tiempo, produjo el descalabro del sistema de votación automatizado utilizado por la JCE para ese certamen electoral.
De acuerdo al resumen ejecutivo, el informe también reveló la ausencia de protocolos y la falta de aplicación de buenas prácticas.
Sin embargo, el equipo auditor de la OEA no encontró evidencia de ataques externos, sabotaje o intento de fraude.
Dadas las circunstancias, la mañana de la elección, era imposible continuar con la jornada por lo que la suspensión decidida por parte del pleno de la JCE fue correcta”, señaló la OEA en sus conclusiones.
En el primer punto de las conclusiones de la investigación, la OEA explica que la ejecución de un proceso de personalización de urnas “carente de un adecuado control de integridad” de la información (debido a un defecto del software), es la causa raíz del primer incidente, el cual fue que la boleta electrónica no cargó por completo en el sistema y eso desencadenó en la suspensión del torneo Electoral.
El defecto no se detectó durante la fase de prueba, debido a que no se realizó un adecuado testing del software. Ya durante la personalización de las urnas, se materializó la falla, puesto que al no contar con el control de integridad, dicho proceso permitió personalizar urnas con la oferta electoral incompleta (no incluía a todos los candidatos). Es por esta razón que el día de las elecciones muchos equipos no contaban con todos los candidatos en el sistema”, reseñó el documento.
La OEA también dijo que no se hizo un control de calidad antes del despliegue, lo que hubiese permitido detectar la falla oportunamente antes que se enviasen los equipos a los recintos.
El punto seis de dicho informe, señaló que el inicio de la votación con la oferta electoral incorrecta en un grupo importante de colegios electorales demostró una “falta de coordinación” del personal a cargo del operativo y una deficiente estrategia de mitigación.
La OEA también determinó que fue un “error” de los partidos en pensar que esos problemas podrían ser resueltos entre las cinco y las siete de la mañana de ese domingo 16 de febrero.
“Esto tampoco es una explicación para la inexistencia de un plan de pruebas (testing) adecuado, que pudo haber detectado la falla a tiempo y, así, evitar esta situación inédita para el país”, indicó.
EL DÍA DE LA SUSPENSIÓN
El pasado 16 de febrero, la JCE suspendió las elecciones nacionales municipales por el fracaso del voto automatizado, que impidió a millares de dominicanos ejercer su derecho al voto.
Julio César Castaños Guzmán, presidente de la JCE, había dicho que las elecciones no se podían realizar porque la boleta electoral no se cargó en las demarcaciones donde se usaría el voto automatizado.
Se trata de una decisión histórica sin precedentes en la historia política de República Dominicana, que ha celebrado procesos electorales con la regularidad establecida en la Constitución de la República desde 1962, tras la caída de la dictadura.
Los problemas con el voto automatizado comenzaron en víspera electoral cuando personal de la JCE volvió a los recintos electorales después de la 5:00 de la tarde para tratar de “solucionar problemas surgidos con la boleta electoral electrónica
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