¿Hablamos en inglés? “Vale, pero déjame hacer trampa”, bromea Setsuko Takamizawa, apresurándose a consultar sus apuntes. Con 90 años, esta anciana japonesa estudia el idioma cada día con el sueño de convertirse en intérprete para Tokio 2020.
“Cada día nos sorprende más su progreso”, explica a Efe su nieta, Natsuko, administradora de la cuenta de Twitter “Grandma English”, donde desde hace un año documenta los avances del aprendizaje de la nonagenaria.
Acumula más de 20.000 seguidores en las redes sociales y fue seleccionada por la cadena BBC para formar parte de la lista de las 100 mujeres del año. Su libreta llena de apuntes demuestra que esta anciana se tomó el reto de aprender inglés muy en serio.
“Me gustaría dar la bienvenida a muchos extranjeros que vendrán durante los Juegos Olímpicos y, por ejemplo, poder indicarles las direcciones en el tren”, cuenta Takamizawa, que comenzó a estudiar el idioma en enero de 2018.
Desde entonces, cada día, Natsuko envía a través de la aplicación de mensajería Line una palabra o frase que Takamizawa debe memorizar.
La abuela transcribe la palabra en cuestión al silabario nipón katakana, que los japoneses utilizan para las palabras extranjeras, y escribe una frase que su nieta corrige posteriormente.
“Es muy estricta”, asegura la anciana, que utiliza un término de máximo respeto, “shisho” o “maestra”, para referirse a su profesora particular.
“¿Tienes algún hobby?” “Me gusta pintar cuadros. En lienzos muy grandes. Lo disfruto”, contesta Takamizawa en un inglés titubeante pero perfectamente comprensible.
La anciana es capaz de describir un día en su vida, hablar sobre su amiga y explicar adónde le gustaría viajar, aunque no sin un poco de ayuda de sus familiares y de la libreta donde apunta todo lo que aprende.
“Las frases que aprende son cada día más largas”, explica, orgullosa, su nieta. Desde el mes pasado también ha comenzado a escribir con el alfabeto occidental.
A pesar de los asombrosos avances que relatan sus familiares, la nonagenaria afirma que es “muy difícil” progresar debido a su avanzada edad: “Como tengo 90 años, cuando aprendo una cosa olvido otra. Luego aprendo dos, y olvido otras dos”.
Por eso, “cuando hay gente cerca mío, intento hacer trampa”, confiesa Takamizawa, que en su último cumpleaños recibió un libro de aprendizaje que también consulta de vez en cuando.
“Los Juegos Olímpicos son un gran evento en el mundo y un símbolo de paz, por esto siento tanta pasión”, cuenta la anciana, que aspira a poder comunicarse con personas de todo el mundo.
Esto no se limita a Japón. Aficionada a viajar, le gustaría visitar África, China y Sudamérica, además de volver a España, donde ha estado ya dos veces.
“Quiero explorar las culturas locales y hablar con la gente de estos países”, explica la anciana.
A poco más de un año del mayor evento deportivo mundial, Japón se prepara para recibir con el mejor “omotenashi” -término con el que se denomina a la característica hospitalidad japonesa- a los miles de turistas que aterrizarán en el país.
“Hablaré los extranjeros que estén perdidos o que tengan algún problema. Les ayudaré en inglés”, promete esta abuela nipona, dispuesta a poner su grano de arena para que los futuros visitantes se sientan cómodos en la inmensidad de Tokio.
Nora Olivé
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