MADRID (EFE).- El Instituto Nacional de Migración (INM) de la República Dominicana impulsará la creación del carné de habitante fronterizo, establecido en la legislación dominicana, que facilitará el movimiento de las personas que dependen del tráfico comercial en las zonas limítrofes con el vecino Haití.
“Hay una gran cantidad de personas que dependen de toda esa vida comercial en la frontera, por eso, desde el Instituto estamos apoyando a la Dirección General de Migración para que cuenten con una documentación”, explicó la directora del INM, Florinda Rojas, en una entrevista en Madrid.
El intercambio comercial con el país vecino supera los 1.000 millones de dólares al año, lo que representa para República Dominicana el segundo socio comercial de la región, solo superado por Estados Unidos, según datos del Gobierno dominicano.
Esa cifra se refiere al comercio formal entre ambos países, que está bajo el control de las autoridades tanto aduaneras, migratorias, como del mercado binacional.
“Pero también existe el comercio informal, que es el que genera un mayor movimiento económico”, señaló Rojas, “especialmente en el paso de Dajabón, donde se da un movimiento humano permanente”.
Los mercados fronterizos suponen el motor económico para más de 300.000 habitantes de la frontera y miles de familias de todo el país, según organizaciones de comerciantes y transportistas de las provincias fronterizas con Haití.
Más de 31.738 hogares pobres viven en República Dominicana del comercio fronterizo entre ambos países, en base al análisis de coyuntura realizado por la ONG Centro Bonó,
“La figura del habitante fronterizo está dentro del marco de nuestras políticas dirigidas a modernizar todo el sistema migratorio”, indicó Rojas, quien remarcó que con el carné se evitaría la necesidad de un pasaporte, una visa y el pago de impuestos de salida o entrada para ingresar en uno u otro territorio.
La directora del INM explicó que investigan ya para delimitar el área fronteriza y el número de personas que abarcaría.
“Evidentemente tienen que estar instaladas en el perímetro establecido por las autoridades, que deben verificar que residen en esa zona”, precisó.
Rojas también destacó el esfuerzo realizado desde el instituto que dirige para ayudar a la integración de los inmigrantes en República Dominicana, y que pasa, fundamentalmente, por la creación de empleo.
“En primer lugar a los dominicanos que sean deportados o que espontáneamente vengan de regreso al país y que tengan una situación muy vulnerable. Hay que ayudarles a su inserción o reinserción”, dijo a Efe.
Añadió que “también a la población extranjera hay que ayudarle a su inserción local. En el caso particular de los haitianos, no es tan grave ya que la mayoría constituyen mano de obra no cualificada y, de alguna manera, tienen su fuente de ingresos con trabajos que el dominicano no realiza”.
Sin embargo, precisó Rojas, es “indudable que la parte más vulnerable dentro de la población haitiana tiene que ser objeto de apoyo por parte del Gobierno dominicano para que no se sume a las líneas de pobreza extrema que tienen los dominicanos”.
La directora del INM se mostró satisfecha de las relaciones con el nuevo Gobierno de Haití, que calificó de “muy buena”.
“Se está incrementando el diálogo bilateral, y ese diálogo es la mejor manera de encontrar puntos comunes para resolverlos de manera conjunta. En ese sentido hemos avanzado bastante”, concluyó.
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