Batalla del 30 de Marzo: Las tropas dominicanas comandadas por el General José María Imbert vencen a las haitianas dirigidas por Juan Luis Pierrot, quien comandaba una columna del ejército invasor del presidente Charles Herard Ainé, en la Batalla de Santiago, la cual asegura la estabilidad de la República:
"El combate se inició al mediodía, con una carga haitiana por el flanco izquierdo dominicano, que defiende el fuerte Libertad, que fue rechazada por los fusileros y macheteros dominicanos. Volvió el enemigo a atacar por el mismo flanco, pero ahora fue la artillería que se hizo cargo de la situación diezmando al enemigo, que atacó de nuevo con ardor, siendo rechazado con igual ímpetu por los soldados de la patria. Entonces, desistió por ese lado, y vino a atacar el flanco derecho guarnecido por el fuerte Dios, donde fue rechazado dos veces, la última de ellas, gracias a una carga de los 'andulleros' de la sierra, capitaneados por el bravo capitán Fernando Valerio, que a golpe de machete, arma que manejan con gran soltura, sembraron de cadáveres el campo de Marte.
"Luego de cinco horas de intensa lucha, los haitianos solicitaron un cese al fuego para recoger sus heridos y muertos, ocasión que aprovechó el general Imbert para entregar a los parlamentarios haitianos copia del comunicado de la Junta Central Gubernativa que da cuentas de la muerte en Azua del presidente Herard. Esta noticia fue una sorpresa total para los jefes haitianos, y sin dudas, abrió los apetitos de poder del general Pierrot, pues, en esas circunstancias era el candidato natural a la presidencia de ese país.
"Luego de cinco horas de intensa lucha, los haitianos solicitaron un cese al fuego para recoger sus heridos y muertos, ocasión que aprovechó el general Imbert para entregar a los parlamentarios haitianos copia del comunicado de la Junta Central Gubernativa que da cuentas de la muerte en Azua del presidente Herard. Esta noticia fue una sorpresa total para los jefes haitianos, y sin dudas, abrió los apetitos de poder del general Pierrot, pues, en esas circunstancias era el candidato natural a la presidencia de ese país.
"Luego de dialogar con sus asesores, el general Pierrot pidió seguridades al general Imbert de no ser molestado en su retirada. Imbert le contestó dándolas, pero el comandante haitiano no esperó la respuesta y levantó el campo en la madrugada del 31, retirándose a territorio haitiano.
"Varias cuestiones resaltan en el triunfo dominicano. La primera es que los haitianos entraron a la sabana de Santiago en posición de desfile, no de ataque. El motivo de esta actitud parece ser la creencia de que todo el ejército dominicano era el que ellos derrotaron en Talanquera y, por tanto, no iban a encontrar resistencia en la ciudad, observación que es corroborada por el hecho de que luego de esa escaramuza casi no fueron molestados en su marcha hacia Santiago.
"Otro detalle es el hecho de que no utilizaran la artillería en el asalto. La razón parece haber sido que las municiones que trajeron no correspondían al calibre de los cañones, y por tanto, estaban inservibles para todo fin práctico. Otros afirman que se les mojó la pólvora al cruzar el río, pero esta explicación, aunque posible, no parece plausible.
"Un tercer detalle interesante es que los haitianos sólo comprometieron un tercio de sus fuerzas en el ataque. Si utilizaron esta táctica para no usar todas sus armas en el primer asalto, parece sensato, pero el resultado ha probado lo inapropiado de la estrategia haitiana. El campo dominicano está lleno de héroes: José María Imbert, Pelletier y Michell, Valerio, López, Reyes y los soldados del Cibao que se vistieron de gloria en defensa de la Patria...". (Tomado del Diario Libre: Lugares de la Independencia, 26-febrero-2010).
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