REDACCIÓN AP. Latinoamérica acogió con incertidumbre pero al mismo tiempo tendió la mano con cautela al presidente electo estadounidense Donald Trump, quien es visto con preocupación por su posición anti-migrantes y opuesto a los tratados comerciales con los países de la región.
Gobiernos latinoamericanos, algunos de tendencias izquierdistas y con relaciones tirantes con Washington, se cuidaron en ensalzar el triunfo de Trump o felicitarlo abiertamente, aunque dejaron una puerta abierta para sus relaciones bilaterales.
“Nos sumamos a quienes creemos que es posible trabajar con los Estados Unidos para contribuir a un mundo que privilegie diálogo y entendimiento”, dijo el presidente nicaragüense Daniel Ortega, un viejo crítico de Washington y que acaba de ganar una nueva reelección.
El triunfo del magnate sobre la candidata demócrata Hillary Clinton impactó con mayor fuerza en México, que vio caer su moneda y estremecer su mercado bursátil, que no fue el único que reaccionó a la baja en América Latina.
El índice de precios y cotizaciones de la bolsa de valores de México cayó 2,04% en las primeras horas de operaciones mientras el peso inició la jornada en 20,07 unidades por dólar, el equivalente a una depreciación de 9,56%, su mayor pérdida diaria desde 1995.
Por su parte la bolsa argentina caía 2% mientras el dólar avanzaba 0,39% a 15,30 pesos la unidad como reacción a la victoria del magnate.
Sin embargo, el gabinete económico mexicano envió un mensaje de calma y evitó lanzar medidas pese a la caída del peso.
En tanto, Cuba anunció ejercicios militares por algunos días en coincidencia con el triunfo de Trump, que prometió revertir la reanudación de las relaciones diplomáticas con Cuba iniciada por Barack Obama.
Algunos analistas señalaron que es difícil vislumbrar con certeza de qué manera la futura administración de Trump impactará en una región que en términos generales mantuvo relaciones cordiales y de cooperación con Estados Unidos durante los dos periodos de Obama.
“Con Trump la política hacia la región es difícil de predecir”, sostuvo Michael Shifter, presidente de Diálogo Interamericano, con sede en Washington. “Nunca ha tenido un cargo público”.
Sin embargo, “si él pone en práctica su retórica muy agresiva sobre los temas de inmigración y comercio, sobre todo con respecto a México y los mexicanos, la relación será muy complicada”, agregó Shifter a The Associated Press.
Trump prometió en campaña levantar un muro a lo largo de la frontera con México y acabar con el Tratado de Libre Comercio de Norteamérica (Nafta) argumentando que desfavorece económica y laboralmente a su país.
En su discurso después de la victoria Trump pareció más medido al referirse a cómo serán sus relaciones con la comunidad internacional al señalar que “nos llevaremos bien con todas las demás naciones que se quieran llevar bien con nosotros”.
En el extremo sur del continente su victoria electoral generó desasosiego: el canciller chileno Heraldo Muñoz se expresó sorprendido y avizoró momentos difíciles.
“Hay aquí (en el triunfo de Trump) un repudio al establishment de manera evidente y creo que esto traerá aparejados cambios en Estados Unidos, particularmente en la política exterior que tiene que ver con Chile, con América Latina, con el mundo en general”, planteó.
Refirió que iniciativas como el Tratado Transpacífico de Cooperación Económica, promovido fuertemente por Obama y del que forman parte Chile, México, Perú, Japón, Australia, Nueva Zelanda, Malasia, Brunei, Singapur, Vietnam y Canadá, ahora queda en un interrogante.
“Tiene un destino mucho más incierto porque Trump se ha opuesto de manera categórica”, señaló Muñoz, que estimó que el tratado de libre comercio entre Estados Unidos y Chile probablemente no sufrirá cambios porque le genera un superávit al primero.
Muñoz dijo que espera que Obama presente al Congreso el Tratado Transpacífico en los dos meses que le quedan en la presidencia.
La mandataria chilena Michelle Bachelet, quien en un reciente viaje a Nueva York había apoyado la candidatura de Clinton, matizó al declarar que su país “espera que podamos seguir colaborando entre las naciones para el bienestar de nuestros pueblos”.
Por su parte Colombia -el mayor receptor de ayuda estadounidense en América Latina con unos 10.000 millones de dólares en los últimos 15 años- reaccionó con calma a la victoria de Trump. Su embajador en Washington, Juan Carlos Pinzón, dijo a la radioemisora colombiana Blu que la relación entre ambos países está “blindada” contra cualquier cambio político porque ha sido una estrategia de hace dos décadas buscar el apoyo bipartidista en el Congreso norteamericano.
El Salvador, que tiene a 2,5 millones de connacionales residiendo regularmente en Estados Unidos, llamó a la calma a aquellos miles que están dentro de un programa temporal de protección migratoria.
“Es cierto que durante su campaña (Trump) tuvo una retórica bien fuerte anti-inmigrante” pero muchos salvadoreños tienen ciudadanía, residencia o protección temporal, dijo el canciller de ese país centroamericano Hugo Martínez.
En tanto, el presidente de Argentina, Mauricio Macri, felicitó a Trump y expresó su deseo de que ambos puedan cooperar conjuntamente por el bienestar de sus países, que recientemente relanzaron las relaciones políticas y comerciales.
Macri, un tecnócrata conservador que en diciembre cumplirá un año en el poder, había manifestado su preferencia por Clinton al estimar que un triunfo del magnate iba a suponer un mayor proteccionismo comercial en Estados Unidos.
No obstante, puntualizó que con cualquiera de los dos candidatos en la Casa Blanca la intención de su gobierno sería mantener la política inaugurada con Obama de reforzar los vínculos bilaterales y construir una relación “inteligente y madura”.
Macri, un hombre de negocios que se estrenó en la política en 2007 como alcalde de Buenos Aires, conoce personalmente al magnate estadounidense, con quien se relacionó cuando su padre Franco Macri y él negociaron con el empresario un fallido proyecto inmobiliario en Nueva York en la década de los 80.
El gobierno del presidente venezolano Nicolás Maduro, que acusa reiteradamente a Washington de buscar derrocarlo, felicitó a Trump en un comunicado de la cancillería e hizo votos para que se pueda avanzar en un futuro en unas relaciones políticas y diplomáticas bilaterales “respetuosas” y de “no intervención de los asuntos internos”.
Para el presidente uruguayo Tabaré Vázquez la victoria de Trump refleja “un cambio mundial muy importante, los movimientos anti-globalización, anti-integración, anti-inmigración están con mucha fuerza en el mundo y ésta es una de sus manifestaciones”.
Líderes como el peruano Pedro Pablo Kuczynski, el paraguayo Horacio Cartes y el panameño Juan Carlos Varela se limitaron a saludar al pueblo estadounidense por su ejercicio democrático y al presidente electo.
En junio cuando Kuczynski aún era presidente electo de Perú dijo a periodistas en forma de broma que si Trump era elegido presidente iba a “agarrar una sierra y cortar” las relaciones con Estados Unidos.
Gobiernos latinoamericanos, algunos de tendencias izquierdistas y con relaciones tirantes con Washington, se cuidaron en ensalzar el triunfo de Trump o felicitarlo abiertamente, aunque dejaron una puerta abierta para sus relaciones bilaterales.
“Nos sumamos a quienes creemos que es posible trabajar con los Estados Unidos para contribuir a un mundo que privilegie diálogo y entendimiento”, dijo el presidente nicaragüense Daniel Ortega, un viejo crítico de Washington y que acaba de ganar una nueva reelección.
El triunfo del magnate sobre la candidata demócrata Hillary Clinton impactó con mayor fuerza en México, que vio caer su moneda y estremecer su mercado bursátil, que no fue el único que reaccionó a la baja en América Latina.
El índice de precios y cotizaciones de la bolsa de valores de México cayó 2,04% en las primeras horas de operaciones mientras el peso inició la jornada en 20,07 unidades por dólar, el equivalente a una depreciación de 9,56%, su mayor pérdida diaria desde 1995.
Por su parte la bolsa argentina caía 2% mientras el dólar avanzaba 0,39% a 15,30 pesos la unidad como reacción a la victoria del magnate.
Sin embargo, el gabinete económico mexicano envió un mensaje de calma y evitó lanzar medidas pese a la caída del peso.
En tanto, Cuba anunció ejercicios militares por algunos días en coincidencia con el triunfo de Trump, que prometió revertir la reanudación de las relaciones diplomáticas con Cuba iniciada por Barack Obama.
Algunos analistas señalaron que es difícil vislumbrar con certeza de qué manera la futura administración de Trump impactará en una región que en términos generales mantuvo relaciones cordiales y de cooperación con Estados Unidos durante los dos periodos de Obama.
“Con Trump la política hacia la región es difícil de predecir”, sostuvo Michael Shifter, presidente de Diálogo Interamericano, con sede en Washington. “Nunca ha tenido un cargo público”.
Sin embargo, “si él pone en práctica su retórica muy agresiva sobre los temas de inmigración y comercio, sobre todo con respecto a México y los mexicanos, la relación será muy complicada”, agregó Shifter a The Associated Press.
Trump prometió en campaña levantar un muro a lo largo de la frontera con México y acabar con el Tratado de Libre Comercio de Norteamérica (Nafta) argumentando que desfavorece económica y laboralmente a su país.
En su discurso después de la victoria Trump pareció más medido al referirse a cómo serán sus relaciones con la comunidad internacional al señalar que “nos llevaremos bien con todas las demás naciones que se quieran llevar bien con nosotros”.
En el extremo sur del continente su victoria electoral generó desasosiego: el canciller chileno Heraldo Muñoz se expresó sorprendido y avizoró momentos difíciles.
“Hay aquí (en el triunfo de Trump) un repudio al establishment de manera evidente y creo que esto traerá aparejados cambios en Estados Unidos, particularmente en la política exterior que tiene que ver con Chile, con América Latina, con el mundo en general”, planteó.
Refirió que iniciativas como el Tratado Transpacífico de Cooperación Económica, promovido fuertemente por Obama y del que forman parte Chile, México, Perú, Japón, Australia, Nueva Zelanda, Malasia, Brunei, Singapur, Vietnam y Canadá, ahora queda en un interrogante.
“Tiene un destino mucho más incierto porque Trump se ha opuesto de manera categórica”, señaló Muñoz, que estimó que el tratado de libre comercio entre Estados Unidos y Chile probablemente no sufrirá cambios porque le genera un superávit al primero.
Muñoz dijo que espera que Obama presente al Congreso el Tratado Transpacífico en los dos meses que le quedan en la presidencia.
La mandataria chilena Michelle Bachelet, quien en un reciente viaje a Nueva York había apoyado la candidatura de Clinton, matizó al declarar que su país “espera que podamos seguir colaborando entre las naciones para el bienestar de nuestros pueblos”.
Por su parte Colombia -el mayor receptor de ayuda estadounidense en América Latina con unos 10.000 millones de dólares en los últimos 15 años- reaccionó con calma a la victoria de Trump. Su embajador en Washington, Juan Carlos Pinzón, dijo a la radioemisora colombiana Blu que la relación entre ambos países está “blindada” contra cualquier cambio político porque ha sido una estrategia de hace dos décadas buscar el apoyo bipartidista en el Congreso norteamericano.
El Salvador, que tiene a 2,5 millones de connacionales residiendo regularmente en Estados Unidos, llamó a la calma a aquellos miles que están dentro de un programa temporal de protección migratoria.
“Es cierto que durante su campaña (Trump) tuvo una retórica bien fuerte anti-inmigrante” pero muchos salvadoreños tienen ciudadanía, residencia o protección temporal, dijo el canciller de ese país centroamericano Hugo Martínez.
En tanto, el presidente de Argentina, Mauricio Macri, felicitó a Trump y expresó su deseo de que ambos puedan cooperar conjuntamente por el bienestar de sus países, que recientemente relanzaron las relaciones políticas y comerciales.
Macri, un tecnócrata conservador que en diciembre cumplirá un año en el poder, había manifestado su preferencia por Clinton al estimar que un triunfo del magnate iba a suponer un mayor proteccionismo comercial en Estados Unidos.
No obstante, puntualizó que con cualquiera de los dos candidatos en la Casa Blanca la intención de su gobierno sería mantener la política inaugurada con Obama de reforzar los vínculos bilaterales y construir una relación “inteligente y madura”.
Macri, un hombre de negocios que se estrenó en la política en 2007 como alcalde de Buenos Aires, conoce personalmente al magnate estadounidense, con quien se relacionó cuando su padre Franco Macri y él negociaron con el empresario un fallido proyecto inmobiliario en Nueva York en la década de los 80.
El gobierno del presidente venezolano Nicolás Maduro, que acusa reiteradamente a Washington de buscar derrocarlo, felicitó a Trump en un comunicado de la cancillería e hizo votos para que se pueda avanzar en un futuro en unas relaciones políticas y diplomáticas bilaterales “respetuosas” y de “no intervención de los asuntos internos”.
Para el presidente uruguayo Tabaré Vázquez la victoria de Trump refleja “un cambio mundial muy importante, los movimientos anti-globalización, anti-integración, anti-inmigración están con mucha fuerza en el mundo y ésta es una de sus manifestaciones”.
Líderes como el peruano Pedro Pablo Kuczynski, el paraguayo Horacio Cartes y el panameño Juan Carlos Varela se limitaron a saludar al pueblo estadounidense por su ejercicio democrático y al presidente electo.
En junio cuando Kuczynski aún era presidente electo de Perú dijo a periodistas en forma de broma que si Trump era elegido presidente iba a “agarrar una sierra y cortar” las relaciones con Estados Unidos.
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