A Arnold Schwarzenegger le encantaría ser presidente de Estados Unidos pero no puede porque nació en Austria. "Si hubiera nacido aquí, me habría presentado", admitió en una entrevista para la revista Adweek. "Es un buen momento para hacerlo". Antes de las elecciones en Estados Unidos muchos analistas americanos aseguraban que el actor y ex culturista habría sido mejor candidato a la Casa Blanca que el propio Donald Trump. Y echando la vista atrás, los paralelismos eran evidentes. Mucho se ha escrito en Estados Unidos sobre ello.
Schwarzenegger anunció en agosto de 2003 su intención de presentar su candidatura para ser gobernador del estado de California, el más poblado del país y una potencia económica mundial por sí mismo. Lo hizo público durante una entrevista en el programa de televisión de Jay Leno y apelando a la "total desconexión" entre los ciudadanos de California y la política. Justo después aprovechó para promocionar la tercera entrega de Terminator y los expertos no tardaron en despreciar sus opciones de victoria como "una posibilidad remota".
Schwarzenegger siempre fue militante declarado del Partido Republicano, participó en 1988 en un mítin de George Bush padre, que le había bautizado como "Conan, el republicano" y ocupó algún cargo político en California hasta que se decidió a ser gobernador.
El 8 de octubre de 2003 ganó las elecciones con el 48,1% de los votos y un respaldo masivo de los electores latinos. "Para que el pueblo gane, debe perder la política convencional. Vamos a reconstruir juntos nuestro Estado. Seré el gobernador de todos", prometió. Idéntico mensaje al de Trump el pasado jueves: "Trabajando juntos, vamos a comenzar la tarea urgente de reconstruir la nación y renovar el sueño americano. Seré el presidente de todos".
El actor austriaco llegó a la presidencia tras la polémica destitución del gobernador demócrata Gray Davis y se dijo entonces que su victoria no fue por méritos propios, sino por ser "el menor de los males". Schwarzenegger declinó participar en debates (sólo fue a uno) y prácticamente nadie conocía sus ideas políticas, más allá de los grandes titulares de una estrella de Hollywood. Contaba con la oposición de buena parte de su partido y escandalizó su rechazo al matrimonio homosexual (años después rectificaría) o su enfrentamiento con la comunidad latina tras criticar a los mexicanos por no integrarse en EEUU. "Ellos (los mexicanos) están tan cerca de su país aquí, que tratan de seguir siendo mexicanos, pero al mismo tiempo, quieren estar en EEUU". Se comprometió también a acabar con la ley que permitía conducir a los inmigrantes sin documentos legales de residencia.
Por supuesto, también ofendió a las mujeres. Hasta seis mujeres irrumpieron en la campaña electoral de 2003 denunciando que Schwarzenegger había abusado de ellas en el pasado. "Es cierto que he sido un gamberro durante los rodajes. Me he comportado mal a veces y he hecho algunas cosas creyendo que eran un juego pero ahora reconozco que he ofendido a la gente", admitió él. "Mucho de lo que dicen no es cierto, pero donde hay humo, existe fuego", aseguró.
Nada de todo esto le impidió ganar las elecciones en un estado de tradición demócrata y con cerca de 5 millones de votantes latinos. "En aquel momento, la perspectiva de que Schwarzenegger gobernara el estado más grande de Estados Unidos era tan terrible como la idea de que Trump pueda ser presidente ahora", escribía en febrero Jonathan Chait en el New York Magazine.
'Governator' prometió no subir los impuestos, acabar con la deuda y el paro de California, mejorar la educación pública y proteger el medio ambiente. La mayor parte de sus promesas más polémicas las olvidó por el camino.
"Después de unos años duros en los que provocó un enorme agujero en el presupuesto de California al acabar con los impuestos en las matriculaciones, terminó forjando una serie de compromisos notables. Reformó el sistema penitenciario e intentó introducir la atención sanitaria universal en su estado. Cuando se anunció el Obamacare, Schwarzenegger se convirtió en el primer gobernador del país en abrazarlo frente a la oposición del Partido Republicano", recordaba The Washington Post.
Aprobó incluso una ley contra el calentamiento global, una de las obsesiones del actor y uno de los motivos por los que Schwarzenegger acabó decidiendo no votar a Trump el pasado martes.
El actor fue reelegido en 2006 aumentado sus apoyos hasta un 56% y abandonó el cargo en enero de 2011 habiendo triplicado la deuda del Estado y con un índice de popularidad por debajo del 22%.
"Schwarzenegger se unió al Partido Republicano porque compartía vagamente su veneración de la riqueza y el éxito, pero lo único que Schwarzenegger realmente anhelaba era la popularidad", escribió Chait.
El que fue su equipo de campaña reniega de las comparaciones con Donald Trump: "Arnold está seriamente interesado en la política", contaba Rob Stutzman, ex director de comunicación de Schwarzenegger en un reportaje de Politico. "Se aprovechó de una rabia populista, si se quiere, pero tuvo un mensaje positivo y llegó con un 72% de aprobación. Él nunca denigró a la gente de la manera que Trump lo ha hecho".
John Burton, presidente demócrata del Senado cuando Schwarzenegger fue Gobernador y actual presidente el Partido Demócrata de California, asegura también en Político que Trump y Schwarzenegger se parecen como "manzanas y naranjas, salvo en las similitudes de su campaña".
"Cuando Arnold se presentó", recuerda Burton, "dijo que iba a hacer estallar las cajas, pero luego entró y se dio cuenta de que no podía explotar las cajas y de que hay que trabajar en equipo para hacer las cosas".
Schwarzenegger y el nuevo presidente de Estados Unidos presumieron de amistad en más de una ocasión, sin embargo la estrella de Hollywood apoyó en las primarias al gobernador de Ohio John Kasich. Una vez nominado Trump, el actor guardó prudente silencio hasta que el pasado mes anunció en las redes sociales que "por primera vez desde 1983" no votaría al Partido Republicano. "Les recuerdo a mis compañeros republicanos que no sólo es aceptable poner la patria por encima del partido; es su deber".
"Arnold entendió lo problemáticos que son los elementos de intolerancia y odio que prevalecen en la parte más conservadora del Partido Republicano. Y en lugar de correr hacia ellos y abrazarlos, se opuso. No se prostituyó a los elementos más bajos del partido", cuenta otro ex asesor del actor en Politico.
Pocos candidatos republicanos pueden presumir de más apoyos latinos que 'Terminator' en California.
Tras conocerse la victoria de Donald Trump, Arnold Schwarzenegger se volvió a sentar delante de una cámara en su casa para dirigirse a los votantes apelando a uno de sus "héroes", el presidente Lincoln: "La campaña se ha acabado, las elecciones se han acabado y nosotros no somos enemigos, somos vecinos, somos amigos y, lo más importante, todos somos americanos y tenemos mucho trabajo pendiente para mantener a América grande".
"Schwarzenegger se unió al Partido Republicano porque compartía vagamente su veneración de la riqueza y el éxito, pero lo único que Schwarzenegger realmente anhelaba era la popularidad", escribió Chait.
El que fue su equipo de campaña reniega de las comparaciones con Donald Trump: "Arnold está seriamente interesado en la política", contaba Rob Stutzman, ex director de comunicación de Schwarzenegger en un reportaje de Politico. "Se aprovechó de una rabia populista, si se quiere, pero tuvo un mensaje positivo y llegó con un 72% de aprobación. Él nunca denigró a la gente de la manera que Trump lo ha hecho".
John Burton, presidente demócrata del Senado cuando Schwarzenegger fue Gobernador y actual presidente el Partido Demócrata de California, asegura también en Político que Trump y Schwarzenegger se parecen como "manzanas y naranjas, salvo en las similitudes de su campaña".
"Cuando Arnold se presentó", recuerda Burton, "dijo que iba a hacer estallar las cajas, pero luego entró y se dio cuenta de que no podía explotar las cajas y de que hay que trabajar en equipo para hacer las cosas".
Schwarzenegger y el nuevo presidente de Estados Unidos presumieron de amistad en más de una ocasión, sin embargo la estrella de Hollywood apoyó en las primarias al gobernador de Ohio John Kasich. Una vez nominado Trump, el actor guardó prudente silencio hasta que el pasado mes anunció en las redes sociales que "por primera vez desde 1983" no votaría al Partido Republicano. "Les recuerdo a mis compañeros republicanos que no sólo es aceptable poner la patria por encima del partido; es su deber".
"Arnold entendió lo problemáticos que son los elementos de intolerancia y odio que prevalecen en la parte más conservadora del Partido Republicano. Y en lugar de correr hacia ellos y abrazarlos, se opuso. No se prostituyó a los elementos más bajos del partido", cuenta otro ex asesor del actor en Politico.
Pocos candidatos republicanos pueden presumir de más apoyos latinos que 'Terminator' en California.
Tras conocerse la victoria de Donald Trump, Arnold Schwarzenegger se volvió a sentar delante de una cámara en su casa para dirigirse a los votantes apelando a uno de sus "héroes", el presidente Lincoln: "La campaña se ha acabado, las elecciones se han acabado y nosotros no somos enemigos, somos vecinos, somos amigos y, lo más importante, todos somos americanos y tenemos mucho trabajo pendiente para mantener a América grande".
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