El magnate alcanza la Casa Blanca tras reventar el mapa electoral y superar a los demócratas en casi todos sus grandes bastiones. La alta participación hispana se queda pequeña frente a la movilización de los trabajadores blancos a favor del candidato republicano
Lo que parecía imposible se ha convertido en realidad. Donald John Trump, el polémico millonario que irrumpió el verano de 2015 para dar colorido a la carrera electoral, había venido para quedarse, aunque sólo lo supiera él. El candidato divertido y fanfarrón pero seguro de sí mismo, llegado para desafiar al sistema, al establishment y a los medios de comunicación, finalmente ha acabado con todos. Como en una prueba de obstáculos, el aspirante increíble, motivo de chanzas y de un rechazo aparentemente mayoritario por sus continuas imprecaciones y desprecio a las mujeres, después de derrotar a 16 oponentes republicanos, ha terminado desarbolando a Hillary Clinton, a la lógica, a las encuestas y a la multitud de pronosticadores que le cerraban el paso con proclamada determinación. Con un discurso simple pero efectivo, Donald Trump alcanza la Casa Blanca gracias a un «movimiento», en denominación propia del millonario, que ha crecido con consistencia desde que el veterano exvicepresidente Dick Cheney pregonara que el magnate había tocado «una fibra sensible en Estados Unidos».
En sus primeras palabras tras su triunfo, Trumpha prometido que será un presidente «para todos», con un discurso en el que ha abogado por «reconstruir» el país y «renovar» el sueño americano. Trump ha subido al escenario acompañado de miembros de su familia, entre ellos la futura primera dama, Melania Trump. El magnate ha tomado la palabra poco después de que su rival, la demócrata Hillary Clinton, admitiese la derrota en una llamada telefónica, al término de una jornada «histórica».«La felicito a ella y a su familia por su dura campaña», ha reconocido Trump, quien también ha querido agradecer a su rival el «servicio» brindado al país durante los últimos años. Ahora, según Trump, «es tiempo de unirse». «Seré el presidente de todos los estadounidenses», ha prometido el magnate desde su cuartel central de Nueva York. «Nada de lo que queramos para el futuro está fuera de nuestro alcance», ha proclamado.
El futuro presidente se ha marcado como «tarea urgente» reconstruir la nación y renovar el sueño americano. En este sentido, ha recordado su experiencia empresarial y ha subrayado que "todos y cada uno de los estadounidenses tendrán la oportunidad de alcanzar su potencial". Trump también ha tenido palabras para la comunidad internacional y ha asegurado que, aunque pondrá «primero» los intereses de Estados Unidos, su Gobierno también trabajará de forma «justa» para todo el mundo. [Su discurso, en frases]
La incógnita sobre la existencia de un voto oculto y de quién pudiera ser su beneficiado finalmente se resolvió en favor del millonario. En medio de un porcentaje de indecisos de última hora superior al habitual, por encima del 12%, una parte de los electores se decantó por Trump pero no se atrevió a confesarlo en las encuestas.
La alta movilización hispana no fue suficiente, ni siquiera en Florida, donde elvoto anticipado auguraba una notable resistencia a quien había insultado a los inmigrantes latinos y había empuñado como bandera la deportación masiva y la construcción de un muro en la frontera con México. Tampoco acompañó a Clinton una masiva participación del votante afroamericano. A falta del análisis en profundidad que llegará los próximos días,la victoria de Trump en Carolina del Norte y los aldabonazos en Ohio y en los estados del sur sugieren que Hillary Clinton no ha logrado entusiasmar a los afroamericanos, ni de lejos, en la misma medida que lo había hecho el presidente saliente, Barack Obama, en sus dos victorias electorales, en 2008 y 2012. El asalto del victorioso millonario a otros estados tradicionalmente demócratas, desde el llamado “blue wall” (muro azul), con Pensilvania como gran empalizada, hasta los estados de los lagos, Michigan y Wisconsin, confirmó que el mensaje de apoyo a los trabajadores como supuestas víctimas de los grandes acuerdos comerciales, el proteccionismo de nuevo cuño anunciado por su nuevo líder carismático, ha terminado de conquistar al votante demócrata. La debacle azul no tiene precedentes desde la era Reagan.
Después de unas horas en las que los indicadores financieros bailaron al ritmo de alzas y bajas que registraba el recuento de delegados de ambos candidatos, las crecientes probabilidades de victoria del candidato republicano desataron una tormenta financiera que previsiblemente se prolongará hoy. El peso mexicano se hundió hasta su mínimo histórico en su relación con el dólar, mientras los mercados de futuros estadounidenses, tanto el llamado S&P (su principal termómetro) como el Nasdaq se desplomaron hasta el límite máximo en una jornada.
Después de una campaña más propia de un «reality show», la imagen que cuesta creerse, la de la familia Trump, con Donald y Melania a la cabeza, y con Ivanka y Eric, cruzarán el umbral de la Casa Blanca después de que el flamante vencedor de la elección más controvertida de la historia reciente tome posesión en el corazón institucional del Washington DC que tanto ha vituperado.
Fuente abc
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