PEKÍN. La policía china considera la posesión de preservativos un factor determinante para arrestar o multar a prostitutas, por lo que están dejando de llevarlos y usarlos, lo que aumenta los riesgos de contagio de VIH, según un estudio publicado hoy.
“Los preservativos se han convertido en objetivo primordial de la policía contra estos trabajadores”, asegura Krayn Kaplan, directora ejecutiva de la organización Asia Catalyst, sobre uno de los colectivos más marginados del país, donde la prostitución sigue siendo ilegal.
El estudio ofrece información única, con entrevistas a 517 hombres, mujeres y transexuales que se dedican a la prostitución, así como a empleados sanitarios, agentes de policía y gestores de establecimientos que ofrecen estos servicios.
Según el informe, los preservativos son calificados por la policía china como una prueba o indicio de prostitución en sus operaciones contra este sector, en las que buscan y confiscan los condones y los utilizan para forzar una confesión o realizar un arresto.
Los agentes, dice Asia Catalyst, utilizan dos métodos contra este colectivo: pillar a las prostitutas “in fraganti” o registrar los establecimientos donde se sabe que trabajan, con la vista puesta en el hallazgo de preservativos.
La investigación expone las contradicciones de las políticas en China, pues las acciones de la policía bloquean los esfuerzos de la Comisión Nacional de Sanidad y Planificación Familiar por distribuir condones y prevenir contagios del VIH entre las personas que se dedican a este trabajo.
El estudio refleja que las personas que se dedican a la prostitución son menos proclives a llevar o utilizar preservativos si han sido interrogadas por la policía anteriormente.
De las personas que no fueron interrogadas en el último año, un 68 por ciento afirmó que utilizaba preservativos, frente al 48 por ciento de individuos que sí fueron interrogados y que aseguraron que usaban protección.
El 76 por ciento de los encuestados que no había sido inquirido por la policía en el último año aseguró que llevaba condones -sin concretar si los usaba o no-, comparado con un 48 por ciento de trabajadores que sí tuvo un encuentro con los agentes.
Además, denuncia que en el 51 por ciento de los casos en los que estos ciudadanos son llevados a comisaría hay violencia policial.
En China, el país más poblado del mundo con 1.400 millones de personas, el número de contagios del VIH es relativamente bajo, unos 500.000 a finales de 2014, según los últimos datos publicados por el Gobierno.
No obstante, las autoridades alarman del aumento de los contagios entre los jóvenes, sobre todo hombres que tienen relaciones sexuales con hombres, aunque los trabajadores de la prostitución siguen siendo uno de los colectivos de mayor riesgo.
“Los preservativos se han convertido en objetivo primordial de la policía contra estos trabajadores”, asegura Krayn Kaplan, directora ejecutiva de la organización Asia Catalyst, sobre uno de los colectivos más marginados del país, donde la prostitución sigue siendo ilegal.
El estudio ofrece información única, con entrevistas a 517 hombres, mujeres y transexuales que se dedican a la prostitución, así como a empleados sanitarios, agentes de policía y gestores de establecimientos que ofrecen estos servicios.
Según el informe, los preservativos son calificados por la policía china como una prueba o indicio de prostitución en sus operaciones contra este sector, en las que buscan y confiscan los condones y los utilizan para forzar una confesión o realizar un arresto.
Los agentes, dice Asia Catalyst, utilizan dos métodos contra este colectivo: pillar a las prostitutas “in fraganti” o registrar los establecimientos donde se sabe que trabajan, con la vista puesta en el hallazgo de preservativos.
La investigación expone las contradicciones de las políticas en China, pues las acciones de la policía bloquean los esfuerzos de la Comisión Nacional de Sanidad y Planificación Familiar por distribuir condones y prevenir contagios del VIH entre las personas que se dedican a este trabajo.
El estudio refleja que las personas que se dedican a la prostitución son menos proclives a llevar o utilizar preservativos si han sido interrogadas por la policía anteriormente.
De las personas que no fueron interrogadas en el último año, un 68 por ciento afirmó que utilizaba preservativos, frente al 48 por ciento de individuos que sí fueron interrogados y que aseguraron que usaban protección.
El 76 por ciento de los encuestados que no había sido inquirido por la policía en el último año aseguró que llevaba condones -sin concretar si los usaba o no-, comparado con un 48 por ciento de trabajadores que sí tuvo un encuentro con los agentes.
Además, denuncia que en el 51 por ciento de los casos en los que estos ciudadanos son llevados a comisaría hay violencia policial.
En China, el país más poblado del mundo con 1.400 millones de personas, el número de contagios del VIH es relativamente bajo, unos 500.000 a finales de 2014, según los últimos datos publicados por el Gobierno.
No obstante, las autoridades alarman del aumento de los contagios entre los jóvenes, sobre todo hombres que tienen relaciones sexuales con hombres, aunque los trabajadores de la prostitución siguen siendo uno de los colectivos de mayor riesgo.
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