EL CARDENAL: TODO UN MONUMENTO DE LA DISCRIMINACIÓN, LA DOBLE MORAL Y LA VERGÜENZA. - El gallo informativo | Somos mas que noticias

Menu Right

 

Post Top Ad

Responsive Ads Here

EL CARDENAL: TODO UN MONUMENTO DE LA DISCRIMINACIÓN, LA DOBLE MORAL Y LA VERGÜENZA.

Share This



Neo Carmona


Hay personas incansables en cuanto a demostrarnos con sus hechos lo miserables que pueden llegar a ser, lo absurdo y grotesco de su existencia y el contrasentido de esta con el oficio al que se dedican.

Tal es el caso del arzobispo metropolitano de Santo Domingo, primado de indias, su eminencia reverendísima Cardenal de Jesús Nicolás López Rodríguez.

DISCRIMINACIÓN Y DESPRECIO HACIA MINORÍAS LGBTI, AL EMBAJADOR BREWSTER Y A LAS MUJERES: “…ESE SEÑOR COMO ES LA ESPOSA DE UN HOMBRE, QUE SE OCUPE DE LA CASA. ESO ES LO QUE TIENE QUE HACER”.

Conforme a paradigmas sociales retrógrados y anacrónicos que le sirven de estandarte constituyendo así su filosofía de vida y de su iglesia, el cardenal asume al hombre exclusivamente por su preferencia sexual hacia su sexo opuesto. En tanto a la mujer únicamente capaz de encargarse de la casa, atender al marido.

De ahí sus insultantes y discriminatorias expresiones para referirse al embajador de los Estados Unidos en la República Dominicana, James “Wally” Brewster, como una forma muy propia de su naturaleza de denigrarlo por ser abierta y responsablemente homosexual, felizmente casado con su pareja de más de 25 años, Bob Satawake, y por su denuncia seria y responsable sobre la corrupción, la desigualdad, la discriminación y otros males presentes en la República Dominicana y de los cuales la iglesia y el propio cardenal son de los principales responsables.

Estas palabras demuestran no solo la indecencia del cardenal, su poco tacto y respeto para tratar al embajador Brewster y con él a la comunidad LGBTI que merece respeto si no, además, su profundo desprecio por los homosexuales que no tienen sotana ni la vida promiscua y perversa que se practica bajo las cruces de las parroquias, las capillas y los seminarios de su iglesia, en perjuicio de niños inocentes, indefensos y hasta discapacitados.

Cabe recordarle a su eminencia que para proteger a los “esposas” responsables de tales atrocidades se quemó una cárcel en Higüey y poco menos de 150 reclusos murieron calcinados. Ninguna “esposa” pagó por esos horrores y el premio de De la Rosa y Carpio fue ser trasladado, ascendido, a una Cuidad Corazón digna de mejor suerte.

¿Quién decidió ese traslado? ¿Un “esposa” o su reverendísima autoridad que los encubre a todas? ¿Quiénes abusaron de esos niños eran sus “esposas”? ¿Porque otros “esposas” les protegieron? ¿Era el nuncio apostólico de la Santa Sede en la República Dominicana otro “esposa? ¿Salió como tal por el Salón de Embajadores de Aeropuerto Internacional de la Américas? ¿El padre Gil de Juncalito era un “esposa” de sus víctimas? ¿Se ocupaba de la casa? ¿Son los sacerdotes pedófilos y pederastas “esposas”? ¿Se corresponden estas conductas malsanas con la idea de su eminencia sobre lo que si debe ser una autentica “esposa”?

Las declaraciones del purpurado hacen evidentes, por enésima vez, como si no tuvimos ya suficiente con el caso de Esperancita o el de todas las que no pueden decidir sobre su propio cuerpo y lo que lleva dentro ni siquiera cuando está en riesgo su propia vida, al menos claro está que no le convenga a alguna parroquia, su menosprecio por las mujeres.

Resulta ser su actitud también una afrenta al mensaje de tolerancia, aceptación y perdón del Papa Francisco. Y más aun a la misión de una iglesia genuina al servicio del Cristo de las Escrituras.

Con estas cualidades que adornan al cardenal es evidente que el título de este escrito se corresponde a plenitud con lo que tenemos como máximo representante de la iglesia católica en la República Dominicana.

Es una pena que así sea.


El autor es estudiante y servidor universitario

No hay comentarios:

Publicar un comentario

COMENTAS Y COMPARTE AQUÍ

Post Bottom Ad

Responsive Ads Here

Pages