La situación del país es difícil porque nos damos el lujo de pagar con nuestros impuestos una policía que no responde al interes colectivo del pueblo.
La gestión de Manuel Castro Castillo al frente de la Policía Nacional ha sido un fracaso total. Este jerarca policial caribeño nacido el 16 de octubre de 1959 en Santo Domingo, Distrito Nacional antes de ocupar elcargo había desempeñado varias posiciones importantes en la “institución del orden público”.
Por su perfil laboral, cualquiera diría que sus funciones como Jefe de la Policía Nacional serian una garantía para el país, pero no ha sido así.
En sus declaraciones cotidianas a los medios de comunicación, Castro Castillo casi siempre busca un motivo para no referirse al auge de la delincuencia y la inseguridad ciudadana en el país.
Tampoco ha querido admitir la participación de sus “Manzanas podridas” en la comisión de actos delictivos.
Es cuestionable a todas luces, la permisibilidad y participación de agentes policiales bajo su mando en actos impúdicos que riñen contra la moral y las buenas costumbres.
La ceguera del gobierno central “El Estado Dominicano” y el Jefe de la Policía Nacional nos dan la idea que estamos viviendo en un país de nadie, donde predomina la consigna “Sálvese quien pueda” y de esa manera no podemos edificar el país que sonaron nuestros antepasados.
Con la graduación e inserción a las calles de 1,800 nuevos agentes policiales no se resuelve el problema porque existen otros elementos dignos de tomar en cuenta, el aumento salarial, las condiciones de vida y las orientaciones sobre relaciones humanas y comportamiento de éstos en la sociedad.
Asociarse con los malhechores pretándole el revólver de reglamento y/o actuando en complicidad con ellos es una acción desagradable que merece ser castigada por la justicia ordinaria.
Castro Castillo menciona a los niños y jóvenes que delinquen periódicamente en el país, pero mantiene estancado el proceso de depuración interno.
La situación del país es difícil porque nos damos el lujo de pagar con nuestros impuestos una policía que no responde a los intereses colectivos del pueblo.
Estamos pagando una seguridad que no recibimos, por el contrario nos maltratan como si fuéramos extraterrestres.
Sobre este oscuro panorama que vivimos hoy, sería bueno preguntar; habrán desaparecido los tribunales clandestinos en los cuarteles de la Policía Nacional de República Dominicana?
Porque en estos cuarteles se instrumentan falsos expedientes a cualquier ciudadano honesto y se comercializan sentencias al mejor postor. Esa mala práctica y corrupción desenfrenada todavía existe en los cuarteles. Así de sencillo, el preso que no paga, no podrá obtener su libertad.
La delincuencia y la inseguridad ciudadana en el país son hijas legítimas de la in-operancia, deficiencia y vagancia policial.
25 años atrás, los policías trabajaban más por vocación que por el mísero salario que devengaban. República Dominicana es el mismo escenario, hay más agentes policiales ahora, están mejor preparados y armados que antes. Entonces, por qué no están haciendo eficazmente su trabajo?
Las últimas declaraciones de Castro Castillo en el sentido de que algunos sectores del país quieren desacreditar a la institución no son más que otros argumentos y una excusa vacía con la cual el Jefe policial trata de encubrir el desorden de su administración.
La gestión administrativa del General Manuel Elpidio Castro Castillo al frente de la Policía Nacional ha fracasado, de eso no hay dudas.
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