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EL PASAR DE LOS AÑOS DEBILITA LA CARNE, LA CONVIERTE EN VULNERABLE

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DESDE MI ESCENARIO
POLANCO ANIBAL

EL PASAR DE LOS AÑOS DEBILITA LA CARNE, LA CONVIERTE EN VULNERABLE
“ El Profeta David ya entrado en edad, le clamo a Jehová, Dios, No me deseches en el tiempo de mi vejez, justamente cuando mi poder está fallando, no me dejes,” Salmos 71, 9” , pero en el verso 7 del mismo Salmo, David le explico a Dios que él había llegado a ser fuerte y como un milagro para muchas personas, pero aun así Jehová Dios, tu eres mi refugio, o sea, David logro conocer la vulnerabilidad, la debilidad de su carne y que aun siendo fuerte en la juventud con el pasar de los años se había hecho vulnerable y débil ante situaciones que se enfrentan y que la fuerza material y la juventud y el vigor carnal hacen falta.
La Carne es la parte material y corporal de los Humanos, por oposición al espíritu que no envejece, la carne con el pasar del tiempo entra en un proceso evolutivo y de cambio biológicos que llevan a la conformación absoluta de las estructuras orgánicas, que se presentan fuertes arribando a los 50 años donde se inicia una continua descendencia, es ir ascendiendo una pendiente que ya en la cúspide solo se baja, siendo en esa bajada que se llega a los días calamitosos de la vejez, cuando las molestias  corporales no cesan y van cada años, meses y días haciendo más calamitosos la existencias y la carne va perdiendo la lozanía juvenil y el brillo de su inicio
Los Años siguen su agitado curso en silencio, el hombre vive, se divierte, trabaja y el pasar del tiempo no le importa, pero la carne continuamente sufre cambios biológicos que lentamente transforma el cuerpo y lo debilita, se hace vulnerable y cada momento pierde fuerza, el tiempo se torna sigiloso pero pasa y no se siente, las Células en momentos se restablecen, pero la continuidad y el proceso de transformación le hace perder tonicidad de los músculos, cada vez son débil y la frondosidad y el vigor vital se desvanece, el cuerpo en su totalidad muestra cambios y las fuerzas de la existencia pierden consistencias y de hace vulnerable al tiempo.
El Hombre o Mujer sumido en los noventa Años se hace mas y mas lento, sus pasos se acortan, sus deseos vitales se concentran en sus añoranzas, sus reminiscencias, los tiempos pasado consumen sus tiempos, los planes futuros ya no son partes de sus vivencias, las imágenes del pasado aunque le producen tristezas se hacen sus armas de manejo, su visión del medio exterior, los estímulos internos y externos van menguando sus actividades físicas y psicológicas, su mundo se desenvuelve en los aportes del presente y en una reiterada afirmación de la superioridad de los tiempos vivido que son sus fuentes de aportes para un presente que no comprende y que critica, porque cuando compara nota grande diferencias y mas que vivirlo le afecta, se cree vivir en un mundo diferente.
En cuanto a la fuerza vital de un cuerpo rondando los noventa, no tengo estadísticas lógicas, pero sí,  es entendible a simple vista hasta con la observancia de sus movimientos, sus actividades se presentan lentas y no se equivoca la canción que dice, por eso camina lento como perdonando el tiempo, la carne pierde el brillo vital, la tenacidad, la rigidez muscular, se torna más flácida y la piel exhibe cambios notorios de su dermis, aparecen manchas que desfiguran la apariencia vital del cuerpo, el rostro se transforma de un estado lucido a un estado de decadencia, los tendones musculares se  van replegando, la carne misma se doblega se hace arruga y pliegues que transforman jovialidad y frescura de un rostro que fue joven.
La transformación vital muestra una involución de la persona, como si se diera una metamorfosis carnal del cuerpo humano que se va consumiendo según vive, con el pasar del tiempo que brinda la vida, los Cabellos muchas veces se caen, otras veces su color cambia, se convierte en canas, su color negro se hace blanquecino, los ojos brillantes como luceros del cuerpo, con el tiempo se hacen pálidos, y hasta el color lo cambian, la totalidad del cuerpo después de muchos años se hace débil, el tiempo vivido se lleva la lucidez carnal, el brillo juvenil, el encanto vibrátil de la vida, los deseos del futuro y se cae en un continuo reminiscente del pasado, la debilidad material hace calamitosa la permanencia, por eso David pidió ayuda al poderoso Dios en los últimos días de su vida.


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