La tasa de homicidios es la más elevada en Latinoamérica y el nivel de violencia, dependiendo de su tipo, también está entre los mayores, dijo Etienne Krug, especialista en la materia de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Un estudio presentado hoy revela que los homicidios son la tercera causa de muerte de hombres entre 15 y 44 años en el mundo, con un total de 475.000 víctimas por año.
Los países de ingresos medios y bajos de las Américas cuentan por unos 165.000 de esos casos.
Ello sin considerar que "la violencia contra los niños y mujeres, o la negligencia con respecto a los ancianos, no se reflejan a través de los homicidios a pesar de que son situaciones generalizadas en todas los países y culturas del mundo", explicó.
Sobre las causas de la violencia en Latinoamérica, Krug dijo que las principales que se han identificado son "la desigualdad de ingresos, una cultura que tolera la violencia y la posición de las mujeres en la sociedad, con una cultura que sigue siendo machista en muchos países".
También influyen la "violencia extendida en los medios de comunicación", así como una cantidad importante de armas en algunos países -entre los que citó Nicaragua, El Salvador y Colombia- y que son remanentes de los conflictos internos que sufrieron.
"La existencia de armas en sí no es una causa, pero cuando las armas están envueltas en una situación violenta la posibilidad de consecuencias fatales es más alta", explicó el representante de la OMS.
Según el estudio, en el que han colaborado tres organismos de la ONU, los hombres sufren más frecuentemente actos violentos de consecuencias fatales -cuatro de cada cinco muertos en homicidio son hombres- pero son las mujeres, niños y ancianos las víctimas más regulares de tipos de violencia que no causan la muerte.
El análisis, basado en información proporcionada por 133 países, no incluye muertes en situaciones de conflicto armado.
Los datos revelan que uno de cada cuatro niños en el mundo ha sufrido abuso físico y una de cada cinco niñas y jóvenes han padecido abuso sexual.
Además, una de cada tres mujeres ha sido víctima de violencia física o sexual por parte de su pareja en algún momento de su vida y uno de cada 17 ancianos ha sufrido algún abuso en el último mes.
"Estamos hablando de más de 1.000 millones de personas afectadas por la violencia en el curso de su vida y que han sobrevivido, probablemente con graves consecuencias en su salud física o mental", recalcó Krug.
Aunque el cuadro es dramático, la situación ha mejorado en el último decenio, con una disminución del 16 por ciento en la tasa de homicidios entre los años 2000 y 2012.
En los países desarrollados, la disminución ha sido del 39 por ciento.
La OMS ha constatado que la violencia tiene consecuencias no sólo físicas, sino en la salud mental, sexual y reproductiva, y hasta puede ser el origen de enfermedades crónicas.
Se considera que la violencia es una de las causas de enfermedades como el cáncer, los problemas del corazón o el sida, ya que las víctimas pueden adoptar comportamientos como fumar, consumir alcohol, drogas o tener sexo inseguro.
Asimismo, provoca depresión, transtornos por estrés postraumático, problemas en la alimentación y el sueño, deficiencia de la atención, hiperactividad y pensamientos o comportamientos suicidas.
En el ámbito de la salud sexual y reproductiva, la violencia es causante de embarazos involuntarios, de complicaciones durante la gestación, abortos peligrosos, transtornos ginecológicos y contagio de enfermedades transmisibles sexualmente.
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