Los 206 niños con discapacidad auditiva del Instituto de Ayuda al Sordo Santa Rosa, aun con todo en contra no pierden la esperanza ni las ganas de vivir y de aprender, pero todo sobre no se niegan a la posibilidad de dar y recibir amor.
María Jesús Pérez de Mansfield, presidenta de la junta directiva del Instituto de Ayuda al Sordo Santa Rosa, una entidad que lleva 42 años trabajando en favor de la educación de aquellos que nacieron sin el sentido del oído plenamente desarrollado, provenientes de familias de escasos ingresos, cuenta parte del drama al que se enfrentan estos niños.
“En primer lugar son niños provenientes de embarazos no deseados, cuando nacen y los padres descubren su condición de sordos el rechazo crece, muchas veces son abandonados a su suerte y tratados como retrasados mentales”, explica.
Filantropía. Actualmente 206 niños reciben medicamentos, audífonos, exámenes de laboratorio y desayuno al tiempo de un servicio educativo que ofrece un programa completo de educación, desde pre primaria hasta segundo de bachillerato.
El programa educativo incluye la expresión artística a través de sus diferentes manifestaciones, dando la oportunidad a los alumnos de participar en cursos de dibujo, pintura, grupos de baile y teatro a los que se integran según sus aptitudes.
Concluida la educación en el centro son orientados hacia la culminación de la educación en centros educativos regulares, o hacia la formación técnica, dependiendo de sus capacidades individuales y posteriormente son insertados en empresas solidarias que le dan empleos.
También le ofrecen terapias tanto a los niños como a las familias “esto lo hacemos para que aprendan a convivir con estos niños.
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