EE UU creció más de lo esperado en el tercer trimestre
El ritmo de crecimiento de Estados Unidos se moderó menos de lo esperado en el tercer trimestre. La mayor economía del mundo avanzó a una tasa anualizada del 3,9% del producto interior bruto. Eso representa una revisión al alza de cuatro décimas respecto a la primera indicación que se dio hace un mes. La expansión en el segundo trimestre fue del 4,6% del PIB. Junto al tercer, es el mejor rendimiento de la economía en una década.
La segunda lectura es mejor de lo que esperaba Wall Street, que daba por hecho un recorte de dos décimas. Esta progresión puede sentar la base para el inicio de una buena temporada de compras navideñas, junto al abaratamiento de la gasolina. El principal motivo de esta revisión al alza es que se elevó al 2,2% el consumo privado, cuatro décimas más de lo anticipado.
El dato está sujeto aún a una nueva lectura. Lo que no está ahora tan claro es que pasará con el cuatro trimestre. Las fuertes nevadas de la semana pasada en algunas regiones del país y la llegada de un nuevo frente frío coincidiendo con el puente de Acciones de Gracias está obligando a los economistas a recortar sus previsiones. La duda es si aguantará el nivel del 3% del PIB.
De momento, lo que se confirma tras esta primera revisión es que los últimos dos trimestres fueron los de mayor crecimiento tras la Gran Recesión y el 4,2% de media para los seis meses es el más sólido desde mediados de 2003. El consumo, que representa dos terceras partes del crecimiento, se queda ahora a solo tres décimas del registrado en el segundo trimestre.
El gasto público y las exportaciones también dieron más sustento a la economía de EE UU, aunque en este último caso se rebajó su contribución al conjunto del PIB. La inversión de las empresas en equipos creció un 10,7%, tres puntos y medio más de lo adelantado. Las compañías también elevaron los inventarios, lo podría anticipar más demanda de los consumidores.
Estrategias divergentes
El robusto crecimiento de la economía durante la primavera y el verano contrasta con la debilidad de crecimiento en Europa y Japón. Eso está provocando que se sigan estrategias monetarias divergentes. La Reserva Federal decidió en la reunión de octubre dar por desmantelado el programa masivo de compra de bonos, aunque sigue reinvirtiendo el principal de la deuda que va venciendo.
El acta de esa reunión, publicada día atrás, confirma que los miembros de la Fed tienen confianza en la recuperación del mercado laboral y el riesgo de una moderación en la inflación se disipa, pese a que los precios se estacaran en octubre. Pese a que la economía rinda ahora mejor de lo esperado, la intención es dejar los tipos de interés al 0% durante un “tiempo considerable”.
La Fed, sin embargo, no pierde de vista lo que pasa fuera de EE UU. La evolución de la economía en Europa, China y Japón, junto a la fortaleza del dólar, puede afectar al ritmo de crecimiento y forzarle, por tanto, a retrasar el eventual alza de tipo. Pero la mayoría de los miembros considera que el efecto es limitado. La idea es que el primer movimiento llegue a mediados de 2015.
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