ROMA, 8 de octubre.- La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) solicitó hoy “con urgencia” 30 millones de dólares (casi 24 millones de euros) para luchar contra el ébola en Guinea, Liberia y Sierra Leona.
Es el presupuesto que consideró necesario para llevar a cabo el Programa de Respuesta Regional para África Occidental, lanzado este miércoles para detener la propagación de la enfermedad, abordar las necesidades tanto inmediatas como a largo plazo de seguridad alimentaria y nutricional y crear resiliencia.
El proyecto se centrará en ayudar a 90.000 familias vulnerables en estos tres países africanos, “cuyo suministro de alimentos y medios de vida se ven amenazados por el efecto perjudicial que la epidemia de ébola está teniendo en las economías rurales, la agricultura y los mercados”.
Los fondos, según detalló la FAO en un comunicado, se destinarán a “contribuir a salvar vidas al detener la propagación de la enfermedad a través de la movilización social, la formación y la sensibilización” y también a “impulsar los ingresos y la producción agrícola para salvaguardar los medios de vida.
Además servirán para “crear resiliencia en las comunidades frente al riesgo de enfermedades y fortalecer la coordinación para mejorar la respuesta”.
El coordinador de la respuesta ante la emergencia y responsable del Centro Subregional de Resiliencia de la FAO (Dakar), Vicent Martin, destacó que los esfuerzos se destinarán tanto a ayudar a los asociados de las Naciones Unidas a “detener la trágica pérdida de vidas humanas” como a “proteger los ingresos, niveles de nutrición y seguridad alimentaria”.
El programa incluirá campañas de sensibilización para reducir el riesgo de infección; impulsará la producción de cultivos, la ganadería y la pesca; introducirá estrategias de microfinanciación para salvaguardar los ingresos de los agricultores y establecerá sistemas de alerta temprana para reducir el riesgo de contagio tanto en personas como en animales.
Además, fomentará la coordinación entre países afectados y se asegurará de que cuenten con recursos, “colmando la falta de conocimientos, compartiendo mejor la información sobre las mejores prácticas y creando redes de colaboración”.
“Estas iniciativas no pueden esperar”, advirtió el subdirector general de la FAO y representante regional en África, Bukar Tijani, porque “el brote está ya reduciendo el poder adquisitivo de los hogares vulnerables, lo que significa menos comida en sus platos y un mayor riesgo nutricional para las familias que tienen ya dietas de subsistencia”.
Además, apuntó que “el miedo y la estigmatización amenazan también con reducir las actividades agrícolas, poniendo en peligro la seguridad alimentaria”.
La FAO describe la situación como “preocupante” y alerta de que si el problema no se resuelve ahora, “el impacto actual de la epidemia en los medios de vida puede conducir a consecuencias a largo plazo en la vida de los agricultores y las economías rurales”.
Asimismo, recuerda que en Sierra Leona el 47 % de los encuestados señaló que el ébola ha perturbado considerablemente sus actividades agrícolas.
En el distrito de Lofa, el área rural más afectada en Liberia, los precios de los productos básicos -incluidos los alimentos- han aumentado entre el 30 y el 75 % sólo en el mes de agosto de 2014.
Aunque la organización aseguró que ha movilizado fondos propios para apoyar los esfuerzos de las Naciones Unidas y los gobiernos, consideró que “se necesita mucho más y de inmediato”.
Es el presupuesto que consideró necesario para llevar a cabo el Programa de Respuesta Regional para África Occidental, lanzado este miércoles para detener la propagación de la enfermedad, abordar las necesidades tanto inmediatas como a largo plazo de seguridad alimentaria y nutricional y crear resiliencia.
El proyecto se centrará en ayudar a 90.000 familias vulnerables en estos tres países africanos, “cuyo suministro de alimentos y medios de vida se ven amenazados por el efecto perjudicial que la epidemia de ébola está teniendo en las economías rurales, la agricultura y los mercados”.
Los fondos, según detalló la FAO en un comunicado, se destinarán a “contribuir a salvar vidas al detener la propagación de la enfermedad a través de la movilización social, la formación y la sensibilización” y también a “impulsar los ingresos y la producción agrícola para salvaguardar los medios de vida.
Además servirán para “crear resiliencia en las comunidades frente al riesgo de enfermedades y fortalecer la coordinación para mejorar la respuesta”.
El coordinador de la respuesta ante la emergencia y responsable del Centro Subregional de Resiliencia de la FAO (Dakar), Vicent Martin, destacó que los esfuerzos se destinarán tanto a ayudar a los asociados de las Naciones Unidas a “detener la trágica pérdida de vidas humanas” como a “proteger los ingresos, niveles de nutrición y seguridad alimentaria”.
El programa incluirá campañas de sensibilización para reducir el riesgo de infección; impulsará la producción de cultivos, la ganadería y la pesca; introducirá estrategias de microfinanciación para salvaguardar los ingresos de los agricultores y establecerá sistemas de alerta temprana para reducir el riesgo de contagio tanto en personas como en animales.
Además, fomentará la coordinación entre países afectados y se asegurará de que cuenten con recursos, “colmando la falta de conocimientos, compartiendo mejor la información sobre las mejores prácticas y creando redes de colaboración”.
“Estas iniciativas no pueden esperar”, advirtió el subdirector general de la FAO y representante regional en África, Bukar Tijani, porque “el brote está ya reduciendo el poder adquisitivo de los hogares vulnerables, lo que significa menos comida en sus platos y un mayor riesgo nutricional para las familias que tienen ya dietas de subsistencia”.
Además, apuntó que “el miedo y la estigmatización amenazan también con reducir las actividades agrícolas, poniendo en peligro la seguridad alimentaria”.
La FAO describe la situación como “preocupante” y alerta de que si el problema no se resuelve ahora, “el impacto actual de la epidemia en los medios de vida puede conducir a consecuencias a largo plazo en la vida de los agricultores y las economías rurales”.
Asimismo, recuerda que en Sierra Leona el 47 % de los encuestados señaló que el ébola ha perturbado considerablemente sus actividades agrícolas.
En el distrito de Lofa, el área rural más afectada en Liberia, los precios de los productos básicos -incluidos los alimentos- han aumentado entre el 30 y el 75 % sólo en el mes de agosto de 2014.
Aunque la organización aseguró que ha movilizado fondos propios para apoyar los esfuerzos de las Naciones Unidas y los gobiernos, consideró que “se necesita mucho más y de inmediato”.
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